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1. Agregación de valor a los desechos de producción.

El desafío es encontrar un uso para las conchas de moluscos de alto valor, los cuales son de captura silvestre y sustentable. Esto generará externalidades positivas para el cuidado del medio ambiente dado que en la actualidad los elaboradores de productos en base a mariscos tratan las conchas como desechos sin valor y sólo algunos de ellos pagan para que su disposición sea de forma sustentable.

2. Adaptación de sistema mecanizado para la captura de jibia en Chile.

La jibia (Dosidicus gigas) o calamar gigante de la Corriente de Humboldt habita todo el margen oriental del Océano Pacífico desde USA hasta el extremo sur de Chile, transformándose en recurso pesquero desde mitad de la década pasada, tanto para el sector industrial (pesca con arrastre levantado del fondo) como para el sector artesanal (pesca con línea de mano con poteras). La cuota anual de jibia en Chile es de 200 mil toneladas, la que hasta el año 2018 se distribuía en 80% para el sector artesanal y 20% para el sector industrial, aunque prácticamente nunca se completó esa cuota total. Recientemente se aprobó una ley que faculta solo al sector artesanal la extracción de jibia, usando como aparejo de pesca la línea de mano y poteras. El peso de cada ejemplar de jibia grande puede alcanzar hasta 45 kg, y probablemente en promedio unos 10 kg, dependiendo de la época del año y macrozona de pesca (norte o centro de Chile). Sin embargo, la pesca con línea de mano y poteras es técnicamente ineficiente, lenta y atenta contra la salud de los pescadores que trabajan a bordo de lanchas o botes artesanales. En efecto, debido a las condiciones extremas del estado del mar en Chile, la operación para la pesca de jibia es desgastante, demandando alto esfuerzo físico. Por lo tanto, un desafío tecnológico para hacer más eficiente la pesca de jibia es la adaptación de algún sistema mecanizado que mejore los rendimientos por embarcación artesanal por viaje de pesca, por un lado, y que facilite las maniobras, por el otro. Análogamente, las pesquerías artesanales de calamares en varias partes del mundo usan sistemas de rodillos individuales ubicados por las bandas (estribor y babor) de la embarcación, apoyándose con un sistema de luces, aunque básicamente el aparejo es el mismo, esto es, una línea de pesca con poteras a distal.

3. Desarrollo de nuevos productos de jibia en Chile.

Entre el 40% y el 60% del peso promedio del cuerpo de la jibia (Dodidicus gigas) no se utiliza en la producción, siendo descartado, lo que incluye tentáculos, cabeza y vísceras; en estas últimas se incluye la glándula digestiva o hepatopáncreas, que es un tejido rico en enzimas proteolíticas, las que tienen intensa actividad, especialmente las proteasas. A su vez, las proteasas tienen alto uso industrial. En particular, la jibia posee los seis tipos de enzimas conocidas, a saber: oxidorreductasas (responsables de la firmeza del músculo), transferasas, hidrolasas, liasas, isomerasas y ligasas. Algunas proteínas son usadas industrialmente en áreas como detergentes, peletería y alimentos. También se puede explorar los componentes del ojo del calamar, particularmente vitaminas del complejo B y colágeno, este último de alta demanda. El ojo del calamar es extraordinariamente grande, siendo el de mayor tamaño en los animales en relación al tamaño del cuerpo. Consecuentemente, se visualiza la posibilidad de innovar a través de la búsqueda de macro moléculas de la jibia (hépatopancreas y de los ojos) y sus potenciales usos industriales como fuentes enzimáticas y vitamínicas, agregando valor a desechos industriales en el proceso de obtención de productos congelados.

4. Desafío abierto.

Podrán postular soluciones a desafíos identificados y validados por los emprendedores.